prácticas 6
En composición suele tomarse en cuenta la llamada regla de los tres tercios.
Es una excelente fórmula para crear la composición y ayuda a situar los elemtos dentro del encuadre. Esta consiste en dividir, de forma imaginaria, el visor en tres partes horizontales y tres verticales. Las líneas horizontales sirven de guía para situar los horizontes en las fotografías de paisaje, mientras que las verticales son la referencia para situar los elementos verticales de la composición.
En una fotografía de paisaje resulta recomendable, por razones estéticas, no situar el horizonte en el centro del encuadre. De esta forma se evita la sensación de que la imagen está dividida en dos partes iguales. Es decir, se evita la simetría en la composición que, desde un punto de vista estético, puede resultar poco estimulante.
Cuando se dispone de un cielo interesante, con nubes blancas que destacan sobre el fondo azul, nubarrones que amenazan tormenta, etc., se puede situar el horizonte en el tercio inferior y dar así protagonismo al cielo. Por el contrario, si el cielo carece de interés resulta más útil situar el horizonte en el tercio superior. En este caso se debe centrar el protagonismo en los dos tercios inferiores buscando el interés en el paisaje y los elementos que lo componen.
Las dos líneas verticales son de gran utilidad para situar, por ejemplo, una persona ante un paisaje. Un ciclista, o un atleta, que se desplaza hacia la derecha se debería situar en el tercio de la izquierda, dejando espacio (aire) delante de él.
En las tomas de retrato también se debe aplicar la regla de los tercios. Por ejemplo, en una fotografía vertical, se pueden situar los ojos a la altura del tercio superior del formato. En los retratos en formato horizontal, especialmente si el modelo mira hacia uno de los lados, se debe desplazar la cabeza hacia el lado contrario al de la mirada. Si, por ejemplo, el modelo mira hacia la derecha de la fotografía, se debe situar la cabeza en el lado izquierdo, dejando espacio en la dirección de la mirada. En este caso, también se pueden situar los ojos en el tercio superior. Aplicando esta sencilla formula se potencia la dirección de la mirada y la imagen, con respecto a una toma centrada, gana en estética y dinamismo.
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jose a. -
inde -